De todas las fuerzas militares presentes en la Segunda Guerra Mundial, el ejército ruso era el que más utilizaba los rifles antitanque. Combatían con el Degtyarov PTRD manual y el Simonov PTRS automático, pero el PTRD presentaba varias ventajas. Podía disparar proyectiles perforadores de blindaje de 14,5mmy su diseño sencillo resultaba muy fácil de producir y era muy fiable. Tras la invasión alemana de junio de 1941, se inició apresuradamente la producción del PTRD y a finales de ese mismo año, el rifle ya llegaba a las unidades. Este arma medía 2m de longitud, pesaba 17kg y requería 2 artilleros para su manejo. Podía penetrar un blindaje de 35-40mm de grosor desde una distancia de 100m y resultaba muy eficaz contra el blindaje lateral del Panzer III y el Panzer IV. Como contramedida, Alemania incorporó a sus tanques los faldones conocidos como “Schürzen” en la torreta y el casco. El PTRD no podía utilizarse contra tanques como el Tiger I y el Panther, que aparecieron en 1943, pero siguió utilizándose para disparar contra las ruedas de tracción y las cadenas de los carros de combate. De esa forma, lograban inmovilizar los tanques. Asimismo, estos rifles dañaban los periscopios, las cúpulas y los cañones. Por otra parte, se utilizaban junto con las ametralladoras Maxim y otros cañones antitanque y así se formaron los “frentes Pak” para vencer a los tanques alemanes en la batalla de Kursk. Además de ese rol antitanque, el PTRD se utilizó en asaltos, como arma de francotiradores y cañón antiaéreo hasta el final de la guerra. El ejército alemán aprovechó los PTRD capturados bajo la designación PzB783(r).
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